domingo, 20 de abril de 2008

Revelación


Ahora puedo ver…
Que no quiero de vos una rosa,
Ni yo ser tu pequeño príncipe,
Ni sentirme única a tu lado, ni vos al mío,
Ni un mundo sólo para los dos,
Ni sentarme a ver la puesta de sol juntos,
hasta que las arrugas aparezcan.
Pero si quiero saborear aquello
Que ese pequeño niño pregonaba
como la sal y la pimienta de la vida
Eso que no es necesario que un animal salvaje
me enseñe… es imperceptible a lo sentidos
… y esencial.

No hay comentarios: