lunes, 16 de febrero de 2009

Llorar a lágrima viva [Oliverio Girondo]

Llorar a lágrima viva.
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría.
Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

domingo, 15 de febrero de 2009

el dolor de los silencios


Que duros los silencios
y más duelen los que duran
Como punzan las no palabras
Los no mensajes
Que siempre transmiten un mensaje
Como hieren los no dichos
Los rechazos analógicos
Callar no siempre implica otorgar
Otorga interpretaciones,
E incomprensión
Otorga espacios de uno solo
Otorga desconexión
En los silencios que duran
En muchos lugares, en muchas personas,
Veo mi soledad redundante
y compartida

Un gran eco
De ideas y voces
Si duelen de los nadies,
Ni pensar cuando vienen de “alguien”…

Que malestar cuando vienen las frases que no vienen…

lunes, 9 de febrero de 2009

"Mantenemos la esperanza por el amor a los desesperados"


buscando tu zanahoria

Gozosamente el conejo comía su almuerzo
Una crujiente y deliciosa zanahoria,
Cada vez que conseguía una nueva,
para saciar su hambre, a veces voracidad
de alimento… de alimento y más,
creía que nunca hallaría mejor zanahoria
que la que observaba en ese instante,
cada una era un premio, un completo logro
naranja y personal…
De repente algo inesperado sucedió
una maliciosa jugada del destino,
Su radiante zanahoria le arrebató un diente…
Era terrible!
Su mundo se derrumbaba lentamente
En lugar de incisivo tenía un enorme hueco,
Ya no podía ostentar su enorme y brillante dentadura,
Y no sólo eso, sino que tampoco podía masticar su alimento
Esas apetitosas pero traicioneras zanahorias…
Como era posible que algo tan amado y añorado
Pudiera en este momento hacerle esto e incluso ser repudiado
Como ese objeto apreciado podía ser tan inservible en un instante
Tan trágico episodio… lo hacía preguntarse
¿Quiero otra zanahoria? ¿La querré alguna otra vez?
Tal vez una más grande tape este agujero…
Tal vez un nuevo diente… o el mismo,
Aunque ya no se vería igual
“No sé que quiero…
Si mi diente de nuevo o una zanahoria más grande”