sábado, 31 de mayo de 2008

Sacarme Afuera

Todo este torbellino sin canalizar
Es verdaderamente saturante
Incluso angustiante, algunas veces
Pero no surge, no sale, no se encausa a ningún lugar
Queda ahí, precavido
Temo enfermar…
Tal vez se me gangrene y pierda la lengua
O el cerebro u otra cosa…
Simplemente no puedo forzarlo,
Aunque lo siento tan mío,
¿Será ajeno?
Acaso pertenece a alguien más
Estaré
Encontrando por otro
Valorando por otro
Especulando por otro
Alguien… adentro mío
… no quiere salir

viernes, 23 de mayo de 2008

Ego-céntrico

Si tan sólo pudieras ver
más allá de tu hombro,
escuchar
que los rostros sin cara
tienen algo para decirte:
“no sos nada especial”
Tal vez llegue el día que lo entiendas,
Que sos
tan reemplazable como todos,
tan aburrido como todos,
tan poco interesante como cualquiera.
…ojala algún día lo veas,
que tu mundo no llega hasta esa orilla,
que tu vida adquiere sentido
por otras relaciones,
por otros días, que no son sólo el viernes y el sábado,
por otros entretenimientos.
tal vez llegue el día
donde empieces a querer y no usar,
a estimar y no criticar,

tal vez llegue el día en que crezcas…

martes, 20 de mayo de 2008

En venta


Cuánto vale una vida, esa quiero.
Esa busco, la quiero antes que la tome ese bufón idiota.
Antes que el inescrupuloso juegue con ella
Que la devuelva, esa y tantas otras, que esconde entre sus harapos.
Sólo así, podré cerciorarme que no será partícipe de su afán lúdico,
y nosotros [los que aún respiramos] tampoco serlo.
Tendré que pagar el precio que el mercader le dio,
Si es que en verdad lo tiene.
No me fío del consuelo divino, ni del hechizo mágico.
Seguiré en la duda eterna que quiebra en mil.

domingo, 18 de mayo de 2008

Desenfreno por gozar

Encuentro de (o para) placer
Desencuentro de sentimientos
Con-fusión de cuerpos
En el fuego contra fuego,
Buscando encontrar…
la pequeña y gozosa muerte
entre los dedos,
cual arena escurriéndose
... en esos dedos
que tatúan sus condenas en otra piel

miércoles, 14 de mayo de 2008

Por las RaMaS

Hacía mucho no interactuábamos, más que alguna que otra frase linda y unos abrazos a través de esos telegramas modernos, no habíamos compartido un rato juntos. Empezamos la conversación con los típicos “disculpame” y los “no he tenido tiempo” que usa la gente grande para no hacerse cargo. Nos sentamos cerca de un árbol, era robusto y no muy perenne, por la época, por supuesto. Noté, cuando, poniendo el pie en un hueco de su tronco, me invitaste a subir, hacía un tiempo no lo hacíamos, pero… “bueno dale! hoy puedo”… entonces te seguí, fue una sensación tan excitante. Ibas rápido, un poco torpe como sos, hasta que te alcancé y nos sentamos en una rama, alcanzaste algunas de las pocas flores que quedaban y me adornaste el casco, con lo bien que te sale; yo riéndome, que también me sale bien, te dije que parecía ese chiflado del que habla la canción de Astor… “esa que tanto me gusta”… “ah si” asentiste mientras te fijabas por dónde ir. Entonces me adelanté y me fui más alto, me agarraste del pie para que te esperara mientras subías. Seguí con un poco más de gracia que vos, pero con la misma ansiedad encubierta, hasta cansarnos de trepar y hablar, entonces decidimos, tácitamente, contemplarnos. Luego de un momento, uno de esos instantes eternos, emprendimos el descenso, habías mirado ese maldito aparatejo que marca el tiempo, “se hacía tarde” dijiste. Yo bajé más apresurada, como siempre, no me gustan mucho las alturas, y mientras te deslizabas cuidadosamente por los retoños del gigante, te miraba y pensaba… que lindo es irnos por las ramas juntos!

Redefiniendo la situación

Un dicho popular lo aseguraba:
“El hombre enamorado es el ser más estúpido”
…o algo por el estilo
Pero no será, tal vez, pienso…
Que en ese momento,
con la cara-de-bobo que lo define,
Tiene la suficiente inteligencia o lucidéz
para darse cuenta
la vasta ignorancia que acarreaba…

lunes, 12 de mayo de 2008

EcHar d -


Extraño a los ausentes
Extraño a los presentes
Ex-traños…
Los que no están
O los que no deberían
Aunque están…
Están… ¿?

¿Por qué tan sufrientes?
¿Por qué tan insatisfechos?
¿Por qué tan cobardes?

domingo, 11 de mayo de 2008

La levedad del ser cumpleañera


Hoy estaba leyendo el diario y al llegar a la parte del horóscopo pensé: “hoy que es mi cumpleaños voy a ver que me depara el destino” a lo que lo sucedió otro pensamiento: “qué lógica tiene leerlo hoy, si no lo leo nunca y realmente no me importa”… Entonces como una iluminación (abusando de la benevolencia del término) me dije que sentido tiene festejar el cumpleaños entonces, es decir, regirme por una regla tan arbitraria como la del tiempo y la edad, si al final es algo tan dogmático como creer que la alineación de los planetas el día en que nací afecta de alguna manera mi personalidad o mi devenir. Y así me enfrenté con ese maravilloso hallazgo para mi, el tiempo no existía… no tenía edad, no tenía meses, sólo era, vivía, sentía. No medir el tiempo nos haría sentir que no lo perdemos o no existiría la demora o no seríamos demasiado jóvenes o demasiado viejos para otras. Llegamos acá para transitar, exprimirle el jugo a esta naranja, aprender de ello; creo que seguramente partimos cuando obtuvimos algo valioso, distinto para cada cual (espero este no sea mi aprendizaje último), o a veces partimos cuando el trato con el mundo se rompe y no nos permite ser más sus huéspedes. Visualicé la levedad del ser, lo absurdo de las medidas, ya lo dijo Albert el tiempo es relativo… y lo único que hacemos es poner marcas para disimular nuestra sufriente relavidad.

viernes, 9 de mayo de 2008

Hermana Duda

Dudo
Dedo [en la llaga]
Debo
Daba
Dejo
Duelo
Duele
Duerme
Dura
y…

Duda…
Duda…

Descansa… nunca


[Pero esta noche, dame un respiro]

miércoles, 7 de mayo de 2008

Siempre falta algo...


Todo estaba listo para empezar a cocinar. Era el cumpleaños de Vicente, le iba a hacer la torta. Tanto le gustan las cosas dulces “ay… este Vicente”.
Todos los utensilios estaban sobre la mesada, así como el libro abierto en la página 376…más sabroso y empalagoso de todos los agasajos que podía idear
Comenzó a revisar los ingredientes: harina… tenía, azúcar… tenía, esencia de vainilla… tenía, huevos…huevos…no! Cómo no? Pero si tenía todo planeado, hasta el más último detalle planeado, cómo iban a ir dispuestas las velas, si iba a ser una o las correspondientes a las primaveras de Vicentito. Era domingo, ningún supermercado, ni el almacén de Don Alberto, ni siquiera la señora de la esquina que tiene la verdulería, la mercería y la regalaría, todas juntas en el mismo local. Nadie… Nadie… le iba a dar lo que le faltaba…tenía todo, todo… menos los huevos.
Y fue en ese momento, que se presentificaron todas las faltas, las suyas y las ajenas, que la angustia la invadió.
Fue en ese momento… que faltaron los huevos…

lunes, 5 de mayo de 2008

AcéfalO

demasiado lugar ocupaste,
demasiadas palabras superfluas.
demasiados los agujeros.
mejor...
hacharte el craneo
y escuchar
otros sonidos
otros fluidos
otros huesos
otros yo
otro placer
otra furia
mi yo visceral
demasiada exigencia
demasiado miedo
demasiadas premisas falsas
["primero el trabajo después el placer"/"si no te tomás la sopa, viene el hombre de la bolsa"/ "D... lo habrá querido así"/etc]
"la muerte alcanza a los débiles esperando su destino...
mientras tanto [nosotros] vivimos la muerte al día"

viernes, 2 de mayo de 2008

Siempre en la pared

No sigas,

siempre en la pared,

tan fría está . . .

no le digas,

nada a la pared,

no escuchará . . .

sin embargo en las sombras,

se escucha una música,

como si ya no estuviera aquí . . .

No sigas, solo en la pared,

no tiene caso . . .

No le pidas,

nada a la pared,

no escuchará . . .

se oye acaso un gemido,

detras de la nada,

solo cuando estoy lejos de tí . . .

Inmóvil, siempre la pared, se cansará . . .

No te vuelvas, como la pared, justo ahora . . .

Un insólito abismo,

testea los cuerpos,

que tan solo habitan lo que fue . . .

siempre en la pared,

siempre en la pared,

siempre en la pared . . .

No beses solo la pared, no tiene caso . . .

Tan blanca como la pared,

te cansarás . . .

No le pidas un surco,

no pidas palabras . . .

solo un viejo musgo nacerá . . .