
empezamos nuestra charlita
de unos 5 o 6 minutos, lo sabemos,
pero no nos importa…
porque cuando nuestros brazos se entrelazan,
los cuerpos se reúnen a sentir,
y los pies dibujan el suelo,
podemos saber tanto, tanto,
en esta pequeña conversación,
donde no asisten ni palabras, ni miradas,
pero sé de vos, y vos de mi;
con más o menos libros o calle encima,
hablamos este mismo idioma,
filosofamos un lapso...
que termina siendo determinado
y así volvemos a desconocernos,
a explorar otras vidas,
en este mar de bailarines.
No hay comentarios:
Publicar un comentario