Refugio

Un sueño eterno… eso fantaseaba. No de esos fatalistas, sino…Realmente cerrar los ojos un lapso suficiente, para sanar… la diferencia era notable cuando los abría…
De igual forma pretendía que ese lapso no fuera real sino un segundo, que no fuera tenido en cuenta por el calendario, maldito calendario que persigue a los plazos internos y a sus consecuentes frustraciones. Así cerraba los ojos fuertemente, en busca de lo mágico, esperanzada a retornar a otra cosa, otro lugar, otro yo cuando los abriera… y volvía a desesperar frente al estacazo de lo real.
Salía a la calle con la armadura, para prevenir sorpresas… pero lo más ínfimo hacía estragos y el metal se volvía cristal, sin siquiera estar polarizado… Sensaciones efervescentes y punzantes acaecían, haciendo el regreso a la morada algo inevitable, así como al intento de cerrar los ojos bien fuerte…